Con el ratón a otra parte por una redacción de contenidos nefasta

Resulta obvio que acometer la redacción de los contenidos de una web con alguna que otra falta de ortografía es como soltar un becerro dispuesto a cornear a la clientela. Así, ¿cuántas veces no te has ido con el ratón a otra parte después de consultar una web con fallos obvios de gramática y ortografía? En un buen puñado de ocasiones, ¿verdad?