¿Sabes cómo le gustan las chicas a Google? Y por “chicas” entendemos empresas. Pues atendiendo al Search Engine Optimization (SEO), al buscador le gustan las mozas dicharacheras, sencillas, activas, muy amantes de las palabras clave, originales, sociables (sobre todo si se van de copas por un garito llamado Google +) y que sea muy popular (es decir, que te enlacen a tutiplé y, si puede ser, que esos enlaces consten en webs de cierto caché. Uséase, un pagerank alto). De modo que si no le haces tilín con tu empresa, no aparecerás en las primeras páginas de resultados y esa indiferencia te puede doler más de lo que imaginas, dado que ese desamor puede repercutir en la facturación de tu empresa.

Sin embargo, si das el perfil, te convertirás en la mimada del harén. Aparecerás la primerita cuando tu clientela objetiva salga en busca de una silla, de unos zapatos, de un piso o de un producto de herbolario, y allí estarás tú ahí para sonreírle y decirle eso de “tengo lo que necesitas”.

Ahora que sabes por dónde van los gustos de tan exigente pretendiente, es hora de que aprendas a sacarte partido y realzar tus atractivos.

–Dicharachera. A Google no le gustan las chicas calladas o de conversación tonta. Le pirran las de labia de aúpa, pero con contenido (nada de verborrea anodina). Que sean interesantes, de discurso útil, de modo que den ganas de comérselas a enlaces, retuiteos y feisbuqueos. Sí, esto es el marketing de contenidos que, por supuesto, ha de evitar emular la carpeta de alguna que otra adolescente. Esto es, que tus textos no vayan hasta la bandera de las palabras clave de las que eres fan. En definitiva, no sobreoptimices, que los excesos no son buenos en nada… Además, debes actualizarte de manera constante; no debes ponerte parlanchina un día y callar durante dos meses.

–Sencillas. Aquí aludimos a la usabilidad y a que la navegación por la web sea sencilla e intuitiva. Imagínate un teléfono puntero, pero que para entenderlo haya que leerse de arriba abajo el manual y pedir una segunda e incluso tercera opinión para desentrañar cómo acceder a una simple agenda de contactos. “Be usable, my friend”, como apuntaría Bruce Lee.

Además, la chica ha de ser puntual, pues si tarda mucho en arreglarse y estar lista cuando ha quedado con su noviete Google, éste se desesperará y se largará con otra. Es decir, el buscador prioriza en sus resultados las webs con menores tiempos de descarga. Así que cuanto más tardona sea tu web, más relegada quedará.

–Originales: Copiar y pegar sólo queda bien en las manualidades, pero tu página web no es un collage. Así que trata de currarte los textos porque, de lo contrario, ese chico te va a dejar por otra, puesto que Google penaliza a los que copian y los manda enterrar en vida (aparecen en las últimas páginas de resultados). ¿Quieres que Google sea tu sepulturero?  Pues ya puedes ir comprando un ataúd si te gusta tanto el pegamento. 

–Sociables: Ser sociable puntúa en la vida y en internet. Eso sí, mejor si sales de marcha por Google+. A este respecto, un estudio elaborado por Tastyplacement, una empresa estadounidense experta en diseño web y posicionamiento, demostró que estar presente en la red social Google+ ayuda más que una vida de “estrella de rock” en Twitter o Facebook. Es lógico, el buscador barre para casa. Asimismo, también dar de alta el negocio en directorios como Google Places redunda en mejores resultados. En conclusión, enrólate en todo negocio que emprenda Google. 

Bien, ésta ha sido a grandes rasgos (porque esto del SEO es largo como un día sin pan) nuestra lista de consejos para atrapar a ese novio escurridizo. Ahora, ¿crees que tu pyme está preparada para gustarle a Google? Pues ya sabes cómo acicalarte para que el buscador convierta tu empresa en la preferida del harén.

Y sí, genera mucho contenido de calidad, puedes ver lo que hago como redactora de contenidos aquí mismito.