En los últimos años la redacción de contenidos ha cogido brío. Lo cierto es que muchas empresas se han percatado de que la única manera de mantenerse a flote en los vastos océanos de internet es trabajar la información que ofrecen a sus clientes.

Y esto lo hacen con un doble cometido: posicionarse con textos SEO y ofrecer contenido que atraiga a su audiencia.

Ambas tareas se denominan de manera muy diferente pues la primera se enfocaría a través de la redacción SEO y la segunda con la conocida como Inbound Marketing (marketing de atracción si nos ponemos metejosos con el idioma).

Mucha tinta electrónica ha corrido sobre ambas disciplinas, pero pretendo poner un ‘ladrillo’ más. ¿Me dejáis? Allá va.

Desde luego cuando delegamos en una empresa el desarrollo de una estrategia de Inbound Marketing, ésta estudiará las palabras clave del sector del cliente y elaborará un plan de contenido en torno a ese bosque de términos.

Una vez concluida esta tarea, se delegará la redacción de los textos a un redactor (como yo, pues trabajo con agencias expertas) y éste sacará sus mejores galas literarias y técnicas para tratar de dar con un texto perfecto para las máquinas, pero también para las personas.

Además, dichas palabras deberán repetirse de manera estratégica a lo largo del post y no ser dejadas a la buena de Dios. En definitiva, redacción con criterio y dotes de Napoleón del SEO. Por cierto, los sinónimos always welcome.

Por supuesto, la periocidad diaria es la posología perfecta para tomar esta medicina para tu blog. Lo cierto es si apuestas por el ‘de vez en cuando’, como con los antibióticos, no se consigue el efecto pretendido.

He dicho poquito, pero lo suficiente para no bizquear la próxima vez que te planteen una estrategia de Inbound Marketing para tu empresa. Y yo, por supuesto, pongo a buen recaudo mis habichuelas.